Las entrañas del poder: Pírricos héroes castrenses

Por Olegario Roldan

Gran alharaca han hecho de los deberes milicianos, condecoraciones, medallas y más, premios entregados a los integrantes del ejército nacional, remuneraciones económicas para la tropa, cuantiosas pensiones para los ilustres oficiales, héroes de mil batallas (en juegos de mesa) paladines gallardos portando sus elegantes uniformes cubiertos de galardones. Esos “valientes” siempre prestos al servicio de la nación.

Las historias que rodean las huestes domesticas no enorgullecen a nadie, desde la guerra de los pasteles hasta la fecha no van más allá de perico-perro, sin ofender a estas valerosas especies. Armados hasta los dientes con el simple propósito de apañar al personal (como lo diría el tri)

Son ya demasiadas entidades en nuestro territorio, en las cuales los rondines de los verdes, no sirven para nada, la violencia y corrupción siguen en aumento, y ellos, convertidos en guardias pretorianos en defensa de los intereses personales de algún capo territorial, ejemplos sobran: Gutiérrez Rebollo, Acosta Chaparro, Ángeles Dauahare, Ricardo Escorcia y un sin número de generales, oficiales y legionarios todos estos al servicio del crimen organizado.

Las últimas declaraciones del secretario de la Defensa Nacional encienden los ánimos, las fuerzas federales no descansaran hasta que caiga uno a uno, los autores de la masacre de Culiacán. Los calificativos usados por Cienfuegos “enfermos, insanos, bestias, criminales” pueden quedar cortos y también ser usados en algunos casos donde las fuerzas castrenses han abusado de su autoridad, no quiero hacer mención de ellos, ¿Qué calificativo les daría a sus pares del 68?

Vivimos en un país convaleciente donde la seguridad es nula y nos la quieren cambiar volteándola, con compromisos tan falsos como la firma del “Cuau” pero eso sí, erguidos, orgullosos de los blasones que representan y sin voluntad, solo entregados al plan DN-III y el padrino que corre el café (Marihuana)

Son amantes del quietismo, una práctica común y muy usada en las castas políticas y militares de este país, sus cuentas pírricas son el resultado de su lamentable y pobre desempeño, su falta de compromiso y holgazanería.

-yo veo, un México con hambre, y con sed de justicia, un México, de gente agraviada, por las distorsiones que imponen a la ley, quienes deberían de servirla-  Luis Donaldo Colosio M.

Ya pasaron más de 20 años de aquel discurso en Marzo del 94, tiempo en que los generales hoy en funciones han servido a la nación, esa nación cada vez mas descompuesta en su tejido social, hace 20 años no existían los zetas y mas grupos delictivos que azotan hoy el territorio nacional de norte a sur y de este a oeste, con la complacencia gubernamental y marcial.

¿Sirve de algo la inteligencia militar? Si claro, para el desfile, para recibir la llamada del dedo y colgarse una medalla mas, o, frenar cualquier levantamiento social por hartazgo y estar hasta el copete de sus “verdades históricas” porque su desempeño contra los malosos es corto muy cortito, tan chiquito, como sus medallitas, ¡eso es vida!, lo demás es “Tutti frutti”

Este pueblo ya no quiere vivir más angustias por falta de seguridad, quiere soluciones, claridad y resultados, así lo exige la población a la cual se deben, no al arlequín en carnaval que pega de gritos el cumple de Porfirio.

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